Dentro de los asuntos que más les preocupan a los padres, destaca el tema de la alimentación y salud de su bebé. Habrás leído u oído hablar sobre la alimentación complementaria, pero ¿qué es este tipo de alimentación?
¿En qué consiste y cuándo le debes comenzar a dar a tu pequeño hijo este tipo de comida? Te invitamos a que leas este artículo donde te contaremos los detalles.
¿A qué se le llama alimentación complementaria?
El único alimento completo, exclusivo y a demanda que ingiere tu bebé durante los primeros meses de vida, es la leche materna. La lactancia le brinda a tu hijo muy buenos nutrientes y defensas, lo que fortalece su sistema inmunitario. Además, lo protege de virus, bacterias y parásitos.
Durante este período, su cuerpo se comienza a adaptar y a preparar paulatinamente para poder aceptar otros tipos de alimentos.
Luego de los seis meses de edad, se recomienda comenzar con la transición gradual de leche a papilla, introduciendo de a poco nuevos alimentos de acuerdo a las necesidades nutricionales de las guaguas.
A este proceso de introducción de un nuevo hábito a tu pequeño hijo, se le llama alimentación complementaria, y consiste en sumar a su dieta otros alimentos además de la leche materna, ya que su cuerpo empieza a tener otras necesidades.
Su médico pediatra evaluará si el bebé está listo para este cambio o si hace falta esperar un poco más, hasta que su cuerpo alcance la madurez o el desarrollo necesario para incorporar esta modificación a su rutina.
Qué alimentos ofrecer a tu bebé y cuáles no
Sin orden de preferencia, se le pueden ofrecer:
- Cereales
- Frutas en trozos muy pequeños
- Hortalizas, excepto verduras de hoja verde como la acelga o la espinaca
- Legumbres
- Huevo (clara y/o yema)
- Carne y pollo triturados
- Aceite de oliva en pequeñas cantidades que se puede agregar a puré o papillas.
Hay alimentos que es mejor no agregarlos a su alimentación antes del año y sin consultar al médico:
- Pescados azules de gran tamaño (ejemplo: atún, pez espada, etc.)
- Leche de vaca entera
- Cacao
- Miel (puede causar botulismo)
- Azúcar o bollería
Es mejor optar por comida hecha en casa y evitar la comida preparada para bebés, ya que en su fórmula pueden contener miel, azúcar y otros agregados innecesarios.
Además, no le debes agregar sal, azúcar, ni edulcorante a sus preparaciones, para que se pueda acostumbrar al gusto natural de cada comida. El hecho de que tu hijo rechace un alimento no significa que no acceda a probarlo más adelante; por eso se recomienda ir insistiendo de vez en cuando suavemente, sin forzarlo. Es importante tener paciencia y respetar el tiempo que invierta tu hijo en comer.
¿Cómo introducir correctamente la alimentación complementaria en la vida de tu bebé?
Una vez que su médico pediatra lo indique, se aconseja que la inclusión de otros alimentos a su rutina sea de uno por vez, con un intervalo de algunos días entre uno y otro. Paralelamente, la lactancia a demanda continúa todo el tiempo que la madre y su hijo lo deseen.
El hecho de ir incorporando de a uno y en intervalos los nuevos alimentos a su dieta, se debe a que, en ese espacio de tiempo, se debe observar que el bebé tenga una buena tolerancia y aceptación de los mismos.
Las cantidades se irán agrandando poco a poco, aunque es normal que haya días en los que coma más que otros. Su apetito puede disminuir si está atravesando por un proceso de infección.
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Deseamos que este artículo te haya resultado útil. Si tienes cualquier duda o necesitas orientación, puedes visitarnos o escribirnos y responderemos tus inquietudes.